Elecciones en Venezuela
“Cobramos”: Una orden que genera incertidumbre.
Faltando apenas dos semanas para la elección presidencial en Venezuela, el panorama político sigue marcado por la preocupación y las dudas. La dirigencia opositora, confiada y victoriosa, enfrenta sin embargo una realidad más compleja: la duda de los votantes en relación al significado de la frase “ganamos y cobramos”, con la cual la lideresa de la Plataforma Unitaria de la oposición (PUD) María Corina Machado reivindica, desde ya, el triunfo.
Post en X, 8 de julio.
1:
¿Cómo y cómo y con qué van a cobrar ese triunfo?, es la pregunta que se hace la mayoría, que sabe de sobra, como lo sabe el propio liderazgo opositor, que Nicolás Maduro jamás reconocerá una derrota por las urnas. ¿Qué hacer entonces? ¿Cómo hacer valer la supuesta mayoría?
Los más ingenuos piensan que todo comienza por la defensa del voto, para lo cual se requiere una maquinaria implacable de vigilancia y seguimiento mucho más sólida, estructurada y eficaz que los famosos escuadrones de ciudadanos espontáneos convocados por la PU bajo la figura de los “comanditos”. Pese a que Machado y González Urrutia cuentan con el apoyo de varios partidos y organizaciones políticas que integran la unidad, la reacción en las redes muestra que hay desorganización en ese aspecto clave del proceso, es decir, genera más incertidumbre.
Pero los más suspicaces, se han dado cuenta de que en la PU hay otra agenda, que no es precisamente electoral, sino una ruta trazada hacia el reacomodo del escenario político donde puedan ganar algunas posiciones en el corto plazo, y convivir con el régimen. Tanto Machado como los líderes políticos de la vieja oposición que le acompañan, no han querido explicarle al país ni a los medios, cuál es realmente el escenario para el que están preparándose a partir del 28, sabiendo los riesgos que implica para la gente “cobrar” un eventual triunfo dando la pelea.
2:
en las calles ante un régimen que monopoliza la violencia. Simplemente se han dedicado a decir que el 28 lo que ocurrirá “no es una elección sino parte de un proceso de movilización que conduzca a la transición”. Una campaña basada en el engaño, por decir lo menos.
Por otra parte, todavía hay confusión en torno al candidato designado a última hora como oficial por la Plataforma, el diplomático Edmundo González Urrutia, tras la inhabilitación de Machado. Muchos se preguntan quién realmente va a gobernar de resultar ganadora la oposición, tomando en cuenta de que en varias concentraciones, Machado ha seguido diciendo “cuando yo sea presidente”. De hecho, en una de las últimas encuestas difundidas recientemente por la firma Meganálisis, se incluye la referencia de que Machado impulsa 9 de cada 10 votos que se calcula tendrá González Urrutia, un dato que a estas alturas solo le interesa a la propia Machado, que no es la candidata, y que genera ruido y más incertidumbre a la confusión de algunos electores que a esta hora, no tienen claro quién gobernaría ni cuál es el pacto o acuerdo de gobernabilidad al que podrían llegar en el escenario post-electoral.
Algunos analistas sostienen que la responsabilidad de los líderes opositores es enorme, sobre todo de Machado, que es la que busca entusiasmar con la idea de “ganar y cobrar”. Habiendo advertido públicamente en las últimas semanas que el 28 de julio se consumará un fraude, la única forma de “ganar y cobrar” sería en la calle, reclamando el triunfo en medio de protestas, violencia, represión y hasta muertes, un capítulo de la historia reciente al que aseguran, la mayoría no está dispuesta a regresar.